Las células
madre son células cuyo destino todavía no se ha "decidido". Se pueden
transformar en varios tipos de células diferentes, a través de un proceso
denominado "diferenciación".
En las fases
iniciales del desarrollo humano, las células madre, en el embrión, son "diferentes" a todos los tipos de células existentes en
el organismo: cerebro, huesos, corazón, músculos, piel.
Los científicos
están entusiasmados con la posibilidad de controlar los espectaculares poderes
naturales de estas células madre embrionarias para curar varios tipos de
enfermedades. Por ejemplo, las enfermedades de Parkinson y de Alzheimer
resultan de lesiones en grupos de determinados células del cerebro. Con la
realización de un transplante de las células madre de un embrión a la parte del
cerebro lesionada, los científicos esperan sustituir el tejido del cerebro que
se perdió.
En un futuro
próximo, la investigación de las células madre podrá revolucionar la manera de
tratar muchas otras "enfermedades mortales" como, por ejemplo, las
lesiones vasculares cerebrales, la diabetes, enfermedades cardiacas y hasta,
incluso, la parálisis.
Las actitudes en
relación al uso de células madre para fines de investigación y tratamientos
médicos varían de un país a otro. En Alemania, por ejemplo, la extracción de
células madre de un embrión humano es considerada ilegal.
Por otro lado, en
Gran Bretaña, esto es legal pero se encuentra bajo una regulación rigurosa: los
científicos británicos pueden utilizar embriones humanos para la investigación
hasta 14 días después de la fecundación del óvulo. En este momento, el embrión es una bola hueca de
células del tamaño aproximado de un cuarto de una cabeza de alfiler (0,2 mm).
Muchos países aún
no poseen leyes explícitas que regulen la investigación de células madre
humanas.
Al ser la
utilización de embriones una cuestión de gran controversia en términos éticos,
los científicos de todo el mundo buscan otras fuentes de células madre. El tipo
de célula madre encontrada en la médula ósea de los adultos parece ser una
posibilidad. Estas células madre ya presentan la posibilidad de diferenciarse
de una gran variedad de diferentes glóbulos rojos a lo largo del ciclo de la
vida.
En el futuro, los
científicos esperan manipular estas células madre adultas para que, en vez de
producir únicamente glóbulos rojos puedan producir células del cerebro, hígado,
corazón y nervios.
Existen
cuatro tipos de células madre según su función:
§ Las células madre totipotentes pueden
crecer y formar un organismo completo, tanto los componentes embrionarios (como
por ejemplo, las tres capas
embrionarias, el linaje
germinal y los tejidos que darán lugar al saco
vitelino), como los
extraembrionarios (como la placenta). Es decir, pueden formar todos los tipos
celulares.
§ Las células madre pluripotentes no
pueden formar un organismo completo, pero sí cualquier otro tipo de célula
correspondiente a los tres linajes embrionarios (endodermo, ectodermo y mesodermo), así como el germinal y el saco vitelino. Pueden,
por tanto, formar linajes celulares.
§ Las células madre multipotentes son
aquellas que sólo pueden generar células de su misma capa o linaje de origen embrionario
(por ejemplo: una célula madre mesenquimal de médula
ósea, al tener naturaleza
mesodérmica, dará origen a células de esa capa como miocitos, adipocitos u osteocitos, entre otras).
§ Las células madre unipotentes pueden
formar únicamente un tipo de célula en particular.
Fuentes
de célula madre
La célula madre por excelencia es el cigoto, formado cuando un óvulo es fecundado por un espermatozoide. El cigoto es totipotente, es decir,
puede dar lugar a todas las células del feto y a la parte embrionaria de la placenta.
Conforme el embrión se va desarrollando, sus células van
perdiendo esta propiedad (totipotencia) de forma progresiva,
llegando a la fase de blástula o blastocisto en la que contiene células pluripotentes (células
madre embrionarias) capaces de diferenciarse en cualquier célula del organismo
salvo las de la parte embrionaria de la placenta. Conforme avanza el desarrollo
embrionario se forman diferentes poblaciones de células madre con una potencialidad
de regenerar tejidos cada vez más restringida y que en la
edad adulta se encuentran en "nichos" en algunos tejidos del
organismo.
Existen diferentes tipos de células madre, aunque las más empleadas en biología son las células madre embrionarias y las
adultas:
§ Células madre embrionarias (pluripotentes): Generalmente se
obtienen de la masa celular interna del blastocisto. El blastocisto está formado por una capa externa
denominada trofoblasto, formada por unas 70 células, y una masa celular interna
constituida por unas 30 células que son las células madre embrionarias que
tienen la capacidad de diferenciarse en todos los tipos celulares que aparecen
en el organismo adulto, dando lugar a los tejidos y órganos. En la actualidad
se utilizan como modelo para estudiar el desarrollo embrionario y para entender
cuáles son los mecanismos y las señales que permiten a una célula pluripotente
llegar a formar cualquier célula plenamente diferenciada del organismo.
Asimismo, están comenzando a ser utilizadas con éxito en terapias biomédicas.
§ Células madre germinales: Se trata de células madre embrionarias
pluripotenciales que se derivan de los esbozos gonadales del embrión. Estos
esbozos gonadales se encuentran en una zona específica del embrión denominada
cresta gonadal, que dará lugar a los óvulos y espermatozoides. Tienen una capacidad de diferenciación similar a
las de las células madre embrionarias, pero su aislamiento resulta más difícil.
§ Células madre fetales: Estas células madre aparecen en órganos fetales
como el hígado, pulmón y poseen características similares a sus
homólogas en tejidos adultos, aunque parecen mostrar mayor capacidad de
expansión y diferenciación. Su procedencia no está del todo clara. Podrían
tener origen embrionario o bien tratarse de nuevas oleadas de progenitores sin
relación con las células madre embrionarias.
§ Células madre adultas: Son células no diferenciadas que se encuentran en
tejidos y órganos adultos y que poseen la capacidad de diferenciarse para dar
lugar a células adultas del tejido en el que se encuentran, por lo tanto se
consideran células multipotenciales. En un individuo adulto se conocen hasta
ahora alrededor de 20 tipos distintos de células madre, que son las encargadas
de regenerar tejidos en continuo desgaste (como la piel o la sangre) o dañados (como el hígado). Su capacidad es más limitada para generar
células especializadas. Las células madre hematopoyéticas de médula
ósea (encargadas
de la formación de la sangre) son las más conocidas y empleadas en la clínica
desde hace tiempo. En la misma médula, aunque también en sangre del cordón umbilical, en sangre periférica y en la grasa corporal se ha encontrado otro tipo de célula
madre, denominada mesenquimal que puede
diferenciarse en numerosos tipos de células de los tres derivados embrionarios
(musculares, vasculares, nerviosas, hematopoyéticas, óseas, etc.). Aunque aún
no se ha podido determinar su relevancia fisiológica, se están realizando
abundantes ensayos clínicos para sustituir tejidos dañados (corazón) por derivados de estas células.
Métodos de
obtención de células madre
Existen diferentes técnicas para la obtención directa de células madre
embrionarias y técnicas basadas en la reprogramación celular: Embriones
crioconservados: La criopreservación o crioconservación es un método que
utiliza nitrógeno líquido (-196 °C) para detener todas las
funciones celulares y así poderlas conservar durante años. Estos embriones son
procedentes de los tratamientos de reproducción humana asistida, que cuando se
fecundan más de los necesarios pueden ser donados por los pacientes que se
someten a este tratamiento.
Blastómeros individuales: Con esta técnica, probada primero en ratones y después en humanos, se
consigue no destruir el embrión. Se utilizaron óvulos fecundados de ratón que
se dejaron crecer hasta que tuviesen de 8 a 10 células. una de estas células se
extrae y se cultiva. Con esta técnica se ha logrado obtener dos líneas
celulares estables que mostraban un cariotipo normal y presentaban marcadores característicos
de pluripotencialidad. El embrión del que se obtiene esta célula es
completamente viable por lo que se puede implantar en un útero y seguir un
desarrollo normal.
Activación de ovocitos por
transferencia nuclear somática: consiste en extraer un núcleo de un óvulo no fertilizado y
sustituirlos por el núcleo de una célula somática adulta. Al encontrarse en un ambiente
propicio, el citoplasma del óvulo, este núcleo es capaz de reprogramarse. Una
ventaja de esta técnica es obtener células madre que contengan la misma
dotación genética que el paciente y evitar así problemas de rechazo. Esta
técnica sólo se ha realizado en animales, no en humanos. Las mutaciones
producidas en el ADN de estas células adultas hacen que se
produzcan problemas durante la desdiferenciación
Partenogénesis: Este proceso reproductivo no se da en mamíferos.
Sin embargo, la partenogénesis puede ser inducida en mamíferos mediante métodos
químicos o físicos in
vitro. Como resultado
de esta activación, se obtiene una masa celular denominada partenote de las que
se pueden aislar células pluripotenciales. Esta técnica sólo es aplicable en
mujeres.
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