viernes, 28 de septiembre de 2012

Acciones de los españoles en Perú


Cambios históricos, culturales y religiosos
La iglesia católica tuvo presencia en el nuevo mundo desde el inicio conquista. Los soldados se encargaron  de extender la fe cristiana pues ellos mismos se consideraron agentes de evangelización frente a los indígenas. Entendieron que la conquista era un intento de extender sus terrenos y de propagar la fe.
Al Perú llegaron cinco órdenes evangelizadoras. El clero se encargó de regular los mecanismos para una adecuada evangelización. La “extirpación de idolatrías” fue un rubro el cual forzó a los indios a olvidar sus cultos.
La Iglesia se convirtió en una de las instituciones más poderosas del virreinato peruano y perfiló el carácter comunitario de la vida de la ciudad.

La llegada de las órdenes religiosas al Perú y sus características
La primera orden religiosa en llegar al Perú fue la dominicana, la cual se encontraba representada por el Fray Francisco Valverde que hizo el requerimiento a Atahualpa y, luego, se volvió protector de los indios frente a los abusos de los españoles.
Las órdenes religiosas tuvieron diferentes métodos para evangelizar y adoctrinar:
Dominicanos: centrando la difusión del evangelio a través de colegios y centros superiores de enseñanza. Uno de los más grandes logros fue la universidad de San Marcos en 1551, la primera en américa, por el Fray Tomas de San Martín. También pusieron énfasis en el conocimiento de las lenguas autóctonas y, debido a este interés, el Fray Domingo de Santo tomas publicó, en 1560, el “Lexicon o Vocabulario general de Perú llamado quechua”. Erigieron monasterios por todo el territorio del virreinato peruano, aunque siempre mantuvieron su línea educativa dedicándose a la enseñanza de la fe católica.
Franciscana: llegó en 1542. Destacó por su vocación misionera y por llegar a los lugares más recónditos para llevar la palabra de Dios. No se centró solo en la evangelización, sino también en la enseñanza de labores agrícolas, ganaderas y el aprendizaje del castellano.
Agustina: Arribó al Perú en 1551. En menos de diez años tuvo iglesias y conventos en las principales regiones del virreinato. Uno de los principales representantes fue el Fray Antonio d     e Calancha. Fueron una de las órdenes que más se dedicaron a la extirpación de idolatrías en los Andes
Compañía de Jesús o Jesuita: llegó al virreinato peruano en 1568. Desde sus inicios defendió a los indígenas, obteniendo por ello grandes pleitos con la administración local. Fundaron en Lima y Cusco los Colegios Mayores para la educación de la nobleza andina ya que creían que la educación española era muy importante. Estudiaron a fondo el quechua y el aymara lo que conllevó a que Diego Gonzales Holguín escribiera un diccionario quechua y Ludovico Bertonio el “Vocabulario de la lengua aymara” en 1608.
A lo largo de los años, la orden Jesuita amasó una gran fortuna debido al usufructo y préstamos que hacían a los particulares. Su poder y vínculo con la santa sede inquietó a la corona a tal punto que ésta ordenó la expulsión de la orden en todo el imperio español en 1767.
Mercedara: arribó al virreinato peruano en el año 1534. El número de miembros no fue significante en comparación con las otras órdenes religiosas.

La extirpación de idolatrías: la imposición del culto católico en el Perú
La labor evangelizadora tuvo como fin convertir a los indígenas en practicantes de la fe católica. Para ello, buscaron la forma de acabar con las prácticas idolátricas que los vernaculares poseían, atacando a sus principales dioses y destruyendo todo signo de culto. Sin embargo, pese al esfuerzo, los cultos continuaban. Frente a esto, los doctrineros tomaron una decisión: se realizaría una caza de todos los ídolos y dioses andinos para la total erradicación del culto  “idolátrico” en los andes. En el siglo XVII se dieron tres campañas y tuvieron los frutos esperados.
Entre las accionas resaltan las penas impuestas a los hechiceros o líderes de los cultos, que eran los encargados de realizar los cultos paganos. La pervivencia del culto andino puede interpretarse como una forma de resistencia a las costumbres españolas y una forma de preservar las tradiciones. El culto ya no se restringía a la huacas, sino que se extendió  a incluso solo trozos de ídolos, los que se podían ocultar con facilidad como una piedra, la cual pasaba desapercibida por los doctrineros.

La inquisición en el Perú como institución para velar por la fe católica
El tribunal de santo oficio fue el encargado de vigilar el estricto cumplimiento de la fe católica en los virreinatos americanos.  Esta institución tuvo orígenes en el medioveo. Fue establecida por el papado para reprimir las revueltas herejes de los albigenses. La inquisición fue enviada a vigilar el correcto establecimiento de la fe y a que ella no se vea empañada por cultos paganos o por herejes provenientes de algún país europeo.
Desde su establecimiento, la Inquisición actuó como un tribunal con amplias facultades para el castigo de herejes o protestantes. Sin embargo, los indios no fueron parte de su jurisdicción, aunque sí permanecieron a él todos los hombres y  mujeres del reino peruano.
Los actos de fe fueron juicios del Tribunal por establecer las prácticas herejes. Tenían un contenido simbólico enorme pues trataban de demostrar el triunfo de la fe católica sobre las prácticas demoniacas. En los 250 años que estuvo presente la inquisición en el virreinato peruano práctico 40 actos de fe. El tribunal del Santo Oficio terminó sus días en 1820.

Arte y cultura en la colonia
La incompatibilidad entre las percepciones españolas y las tradiciones andinas hizo que, ante la incomprensión del mensaje, los españoles destruyeran casi todas las formas de representación local. Las quilcas o tablillas pintadas, los quipus, lo tocapus o los dibujos simbólicos de los incas no fueron entendidos por los peninsulares, pues no encontraban ningún elemento cercano a sus tradiciones.
Con este bagaje visual, los españoles utilizaron               las imágenes de Cristo, la virgen María, Santos, etc. Para llevar a cabo las primeras evangelizaciones en el vasto territorio peruano.
El arte durante los primero años virreinales fue exclusividad de los religiosos. Esculturas de diversos tamaños y retablos fueron herramientas imprescindibles para los misioneros católicos
La ciudad de Lima jugó un rol preponderante en el desarrollo del arte en el virreinato del Perú. Fue plaza importante para destacados artistas que no dudaron en venir y ofrecer su arte a la iglesia. Destacan Angelino Medoro, Benardo Bitti, Mateo Perez de Alesio, entre otros.Otro rasgo importante en la evolución de las artes es la exquisitez de la arquitectura religiosa.
En Cusco, Arequipa, Cajamarca, Puno y Trujillo hubo una clara tendencia hacia la búsqueda de lenguajes propios, basados en la utilización de elementos locales.
Otro punto importante fue la llegada del barroco, que buscó sensibilizar al espectador a través de los sentidos antes que por la razón. Se caracterizó por la gran concentración de elementos y ornamentos. Dominó las artes en el Perú por casi 200 años e impuso su sello en la pintura, escultura, arquitectura, música  y literatura.
El siglo XVIII se caracterizó por la llegada de nuevas tendencias procedentes de Francia, Austria, Alemania. Las artes ya no fueron exclusividad religiosa. El estilo rococó manifestó un gusto exquisito y refinado, mostrándose principalmente en la pintura y arquitectura.
Los moldes neoclásicos llegaron a finales del siglo XVII, producto de las corrientes ilustradas. Matías Maestro fue el introductor de esta corriente y manifestó su arte no solo en la pintura sino también en la arquitectura, de la cual fue su máximo exponente

Pintura
La tradición de la que provenían los españoles no exigía un conocimiento previo de los elementos, bastaba mirar la pintura para entender el mensaje del autor. En cambio, la tradición andina exigía un conocimiento de los símbolos. Fue por esta falta de entendimiento la que llevó a los españoles restarle importancia a las obra producidas por los andinos y que los condujo a destruirlos en su mayoría. Ante esta situación, los indígenas fueron apropiándose poco a poco del lenguaje artístico traído por los españoles.
Las pinturas jugaron un rol importante. Los peninsulares se dieron cuenta de este gran obstáculo y decidieron romper la falta de comunicación entre ambos grupos utilizando la pintura. En la etapa de evangelización, los cuadros de la sagrada familia, de Cristo crucificado, de santos y mártires fueron utilizados como herramientas para la enseñanza de la fe católica.
En estos trabajos se nota la influencia del renacimiento italiano. Sin embargo, la iglesia optó por el naturalismo y por el realismo descriptivo. En este tránsito, el antimanierismo y contramanierismo fueron utilizados con fuerza entre los pintores locales. Cusco fue sin duda uno de los referentes pictóricos más importantes del virreinato peruano. Se empezó a dejar elementos y a incorporarse  otros propios de la región.
Es importante agregar la trascendencia que tuvo la afirmación de los señores étnicos y la nobleza andina, que para mediados del siglo XVIII, tuvieron una fuerte posición económica y social. La corte virreinal y la nobleza tuvieron acceso a la pintura a través de los retratos. Estas pinturas esan más festivas y con un lenguaje pictórico mucho más profuso que el del siglo anterior. Las pinturas de Cristóbal de Lozano y Cristóbal de Aguilar son las más afamadas, pues retrataron a los virreyes más importantes del siglo de las luces.
El neoclasicismo tuvo poca influencia en la pintura peruana, aunque resaltan ciertas obras de Matías Maestro

Escultura
Desde un primer momento tuvo una función práctica: sirvió como una herramienta eficaz en las campañas de evangelización y de extirpación de idolatrías. Inclusive el Concilio de Trento se encargó de dar las directrices para la buena utilización de las imágenes en la difusión de la fe católica.
Los artistas locales utilizaron para sus primeras obras madera, mármol, piedra, marfiles y metales, aunque muchas veces tuvieron que importar los materiales del reino español. En lima surgieron varios talleres que satisficieron la demanda de los encomenderos y también de las órdenes religiosas, porque se encontraban necesitadas de producción artística.
La presencia de maestros españoles consolidó como importante fuente de producción escultórica. Destacan Juan Martínez de Arrona cuya obra más importante es la cajonería de la catedral y Pedro Noguera, autor de la Sillería de la Catedral. Otra obra importante fue la escultura de Melchor Caffa titulada “El tránsito de Santa Rosa”
El siglo XVII  se caracterizó por la introducción de nuevas técnicas en la elaboración de esculturas. Destacó la llamada técnica de la tela engomada, pues lograba darle un efecto muy realista a la obra. Baltazar Gavilán destaca en este siglo con sus obras las cuales imprimen un realismo sin precedentes en la plástica peruana: La Dolorosa, realizada para el convento de San Francisco; y La Muerte, para la iglesia de San Agustín.

Arquitectura
Se afirmó como una arquitectura con personalidad propia, única en América. La fundación de ciudades españolas fue el inicio de la ocupación del territorio andino. De acuerdo a al posición en el plano, se sabía la condición de la persona. Las primeras edificaciones fueron el cabildo, la catedral y casas alrededor de la plaza mayor. Dados los terremotos de 1687 y 1746, en Cusco, quedaron pocas muestras como casas, iglesias y patios de aquella época.
Del siglo XVI destacan: la casa de Jerónimo de Aliaga, La Merced, Iglesia de San Jerónimo y la Asunción. La mayoría de las iglesias de fines del siglo XVI poseían planta gótica-isabelina con nave alargada y separada.
Las portadas de las iglesias conservaron las formas clásicas italianas. La portada lateral de la iglesia limeña de San Agustín es una de las poquísimas portadas existentes de Francisco Morales que muestra en todo su esplendor sus formas clásicas, propias del renacimiento tardío.
La iglesia fue la propulsora de una arquitectura monumental. Conventos y monasterios fueron los edificios más grandes y bellos durante todo el virreinato. Destacan por su tamaño: Santa Catalina, San Francisco el viejo, La Merced, Santo domingo.
En el siglo XVII hubo un transito de la planta isabelina a la cruz latina, no obstante, las catedrales de Lima y Cusco escapan de esta clasificación. Las iglesias del siglo XVII destacaron también por la construcción de portadas retablo y en sus fachadas. Construidas principalmente en Piedra , tuvieron un papel simbólico y evangelizador, ya que anunciaba a los transeúntes la importancia de la iglesia, su carácter monumental e invitaban a su contemplación.
El virreinato peruano tuvo una diversidad de centros arquitectónicos importantes. Las tradiciones y elementos regionales permitieron el desarrollo de escuelas y de áreas de influencia. Cusco, Arequipa y Puno fueron las difusoras de las principales técnicas constructivas locales.
En las ciudades, la vivienda colonial tuvo una fuerte influencia peninsular, especialmente andaluza. Fueron casas de uno o dos pisos, con un zaguán que permitía el ingreso. Usualmente, este zagúan permanecía abierto todo el día pues a él llegaban los vendedores ambulantes o las visitas.
Las casas de dos pisos tuvieron un balcón cerrado por donde se podía observar la calle. Éstos, le confirieron a Lima una personalidad propia, ya que en ninguna ciudad americana existieron tantos balcones como en la capital del virreinato peruano.

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