Cambios históricos, culturales y religiosos
La iglesia católica tuvo presencia en el nuevo mundo desde
el inicio conquista. Los soldados se encargaron
de extender la fe cristiana pues ellos mismos se consideraron agentes de
evangelización frente a los indígenas. Entendieron que la conquista era un
intento de extender sus terrenos y de propagar la fe.
Al Perú llegaron cinco órdenes evangelizadoras. El clero se
encargó de regular los mecanismos para una adecuada evangelización. La
“extirpación de idolatrías” fue un rubro el cual forzó a los indios a olvidar
sus cultos.
La Iglesia se convirtió en una de las instituciones más
poderosas del virreinato peruano y perfiló el carácter comunitario de la vida
de la ciudad.
La llegada de las órdenes religiosas al Perú y sus
características
La primera orden religiosa en llegar al Perú fue la
dominicana, la cual se encontraba representada por el Fray Francisco Valverde
que hizo el requerimiento a Atahualpa y, luego, se volvió protector de los
indios frente a los abusos de los españoles.
Las órdenes religiosas tuvieron diferentes métodos para
evangelizar y adoctrinar:
Dominicanos: centrando la difusión del evangelio a través de
colegios y centros superiores de enseñanza. Uno de los más grandes logros fue
la universidad de San Marcos en 1551, la primera en américa, por el Fray Tomas
de San Martín. También pusieron énfasis en el conocimiento de las lenguas autóctonas
y, debido a este interés, el Fray Domingo de Santo tomas publicó, en 1560, el
“Lexicon o Vocabulario general de Perú llamado quechua”. Erigieron monasterios
por todo el territorio del virreinato peruano, aunque siempre mantuvieron su
línea educativa dedicándose a la enseñanza de la fe católica.
Franciscana: llegó en 1542. Destacó por su vocación
misionera y por llegar a los lugares más recónditos para llevar la palabra de
Dios. No se centró solo en la evangelización, sino también en la enseñanza de labores
agrícolas, ganaderas y el aprendizaje del castellano.
Agustina: Arribó al Perú en 1551. En menos de diez años tuvo
iglesias y conventos en las principales regiones del virreinato. Uno de los
principales representantes fue el Fray Antonio d e Calancha. Fueron una de las órdenes que más se dedicaron a la
extirpación de idolatrías en los Andes
Compañía de Jesús o Jesuita: llegó al virreinato peruano en
1568. Desde sus inicios defendió a los indígenas, obteniendo por ello grandes
pleitos con la administración local. Fundaron en Lima y Cusco los Colegios
Mayores para la educación de la nobleza andina ya que creían que la educación
española era muy importante. Estudiaron a fondo el quechua y el aymara lo que
conllevó a que Diego Gonzales Holguín escribiera un diccionario quechua y
Ludovico Bertonio el “Vocabulario de la lengua aymara” en 1608.
A lo largo de los años, la orden Jesuita amasó una gran
fortuna debido al usufructo y préstamos que hacían a los particulares. Su poder
y vínculo con la santa sede inquietó a la corona a tal punto que ésta ordenó la
expulsión de la orden en todo el imperio español en 1767.
Mercedara: arribó al virreinato peruano en el año 1534. El
número de miembros no fue significante en comparación con las otras órdenes religiosas.
La extirpación de idolatrías: la imposición del culto
católico en el Perú
La labor evangelizadora tuvo como fin convertir a los
indígenas en practicantes de la fe católica. Para ello, buscaron la forma de
acabar con las prácticas idolátricas que los vernaculares poseían, atacando a
sus principales dioses y destruyendo todo signo de culto. Sin embargo, pese al
esfuerzo, los cultos continuaban. Frente a esto, los doctrineros tomaron una
decisión: se realizaría una caza de todos los ídolos y dioses andinos para la
total erradicación del culto
“idolátrico” en los andes. En el siglo XVII se dieron tres campañas y
tuvieron los frutos esperados.
Entre las accionas resaltan las penas impuestas a los
hechiceros o líderes de los cultos, que eran los encargados de realizar los
cultos paganos. La pervivencia del culto andino puede interpretarse como una
forma de resistencia a las costumbres españolas y una forma de preservar las
tradiciones. El culto ya no se restringía a la huacas, sino que se
extendió a incluso solo trozos de
ídolos, los que se podían ocultar con facilidad como una piedra, la cual pasaba
desapercibida por los doctrineros.
La inquisición en el Perú como institución para velar por la
fe católica
El tribunal de santo oficio fue el encargado de vigilar el
estricto cumplimiento de la fe católica en los virreinatos americanos. Esta institución tuvo orígenes en el
medioveo. Fue establecida por el papado para reprimir las revueltas herejes de
los albigenses. La inquisición fue enviada a vigilar el correcto establecimiento
de la fe y a que ella no se vea empañada por cultos paganos o por herejes
provenientes de algún país europeo.
Desde su establecimiento, la Inquisición actuó como un
tribunal con amplias facultades para el castigo de herejes o protestantes. Sin
embargo, los indios no fueron parte de su jurisdicción, aunque sí permanecieron
a él todos los hombres y mujeres del
reino peruano.
Los actos de fe fueron juicios del Tribunal por establecer
las prácticas herejes. Tenían un contenido simbólico enorme pues trataban de
demostrar el triunfo de la fe católica sobre las prácticas demoniacas. En los
250 años que estuvo presente la inquisición en el virreinato peruano práctico
40 actos de fe. El tribunal del Santo Oficio terminó sus días en 1820.
Arte y cultura en la colonia
La incompatibilidad entre las percepciones españolas y las
tradiciones andinas hizo que, ante la incomprensión del mensaje, los españoles
destruyeran casi todas las formas de representación local. Las quilcas o
tablillas pintadas, los quipus, lo tocapus o los dibujos simbólicos de los
incas no fueron entendidos por los peninsulares, pues no encontraban ningún
elemento cercano a sus tradiciones.
Con este bagaje visual, los españoles utilizaron las imágenes de Cristo, la virgen
María, Santos, etc. Para llevar a cabo las primeras evangelizaciones en el
vasto territorio peruano.
El arte durante los primero años virreinales fue
exclusividad de los religiosos. Esculturas de diversos tamaños y retablos
fueron herramientas imprescindibles para los misioneros católicos
La ciudad de Lima jugó un rol preponderante en el desarrollo
del arte en el virreinato del Perú. Fue plaza importante para destacados
artistas que no dudaron en venir y ofrecer su arte a la iglesia. Destacan
Angelino Medoro, Benardo Bitti, Mateo Perez de Alesio, entre otros.Otro rasgo
importante en la evolución de las artes es la exquisitez de la arquitectura
religiosa.
En Cusco, Arequipa, Cajamarca, Puno y Trujillo hubo una
clara tendencia hacia la búsqueda de lenguajes propios, basados en la
utilización de elementos locales.
Otro punto importante fue la llegada del barroco, que buscó
sensibilizar al espectador a través de los sentidos antes que por la razón. Se
caracterizó por la gran concentración de elementos y ornamentos. Dominó las
artes en el Perú por casi 200 años e impuso su sello en la pintura, escultura,
arquitectura, música y literatura.
El siglo XVIII se caracterizó por la llegada de nuevas
tendencias procedentes de Francia, Austria, Alemania. Las artes ya no fueron
exclusividad religiosa. El estilo rococó manifestó un gusto exquisito y
refinado, mostrándose principalmente en la pintura y arquitectura.
Los moldes neoclásicos llegaron a finales del siglo XVII,
producto de las corrientes ilustradas. Matías Maestro fue el introductor de
esta corriente y manifestó su arte no solo en la pintura sino también en la
arquitectura, de la cual fue su máximo exponente
Pintura
La tradición de la que provenían los españoles no exigía un
conocimiento previo de los elementos, bastaba mirar la pintura para entender el
mensaje del autor. En cambio, la tradición andina exigía un conocimiento de los
símbolos. Fue por esta falta de entendimiento la que llevó a los españoles
restarle importancia a las obra producidas por los andinos y que los condujo a
destruirlos en su mayoría. Ante esta situación, los indígenas fueron
apropiándose poco a poco del lenguaje artístico traído por los españoles.
Las pinturas jugaron un rol importante. Los peninsulares se
dieron cuenta de este gran obstáculo y decidieron romper la falta de
comunicación entre ambos grupos utilizando la pintura. En la etapa de
evangelización, los cuadros de la sagrada familia, de Cristo crucificado, de
santos y mártires fueron utilizados como herramientas para la enseñanza de la
fe católica.
En estos trabajos se nota la influencia del renacimiento
italiano. Sin embargo, la iglesia optó por el naturalismo y por el realismo
descriptivo. En este tránsito, el antimanierismo y contramanierismo fueron
utilizados con fuerza entre los pintores locales. Cusco fue sin duda uno de los
referentes pictóricos más importantes del virreinato peruano. Se empezó a dejar
elementos y a incorporarse otros propios
de la región.
Es importante agregar la trascendencia que tuvo la
afirmación de los señores étnicos y la nobleza andina, que para mediados del
siglo XVIII, tuvieron una fuerte posición económica y social. La corte
virreinal y la nobleza tuvieron acceso a la pintura a través de los retratos.
Estas pinturas esan más festivas y con un lenguaje pictórico mucho más profuso
que el del siglo anterior. Las pinturas de Cristóbal de Lozano y Cristóbal de
Aguilar son las más afamadas, pues retrataron a los virreyes más importantes
del siglo de las luces.
El neoclasicismo tuvo poca influencia en la pintura peruana,
aunque resaltan ciertas obras de Matías Maestro
Escultura
Desde un primer momento tuvo una función práctica: sirvió
como una herramienta eficaz en las campañas de evangelización y de extirpación
de idolatrías. Inclusive el Concilio de Trento se encargó de dar las
directrices para la buena utilización de las imágenes en la difusión de la fe
católica.
Los artistas locales utilizaron para sus primeras obras
madera, mármol, piedra, marfiles y metales, aunque muchas veces tuvieron que
importar los materiales del reino español. En lima surgieron varios talleres
que satisficieron la demanda de los encomenderos y también de las órdenes
religiosas, porque se encontraban necesitadas de producción artística.
La presencia de maestros españoles consolidó como importante
fuente de producción escultórica. Destacan Juan Martínez de Arrona cuya obra
más importante es la cajonería de la catedral y Pedro Noguera, autor de la
Sillería de la Catedral. Otra obra importante fue la escultura de Melchor Caffa
titulada “El tránsito de Santa Rosa”
El siglo XVII se
caracterizó por la introducción de nuevas técnicas en la elaboración de
esculturas. Destacó la llamada técnica de la tela engomada, pues lograba darle
un efecto muy realista a la obra. Baltazar Gavilán destaca en este siglo con
sus obras las cuales imprimen un realismo sin precedentes en la plástica
peruana: La Dolorosa, realizada para el convento de San Francisco; y La Muerte,
para la iglesia de San Agustín.
Arquitectura
Se afirmó como una arquitectura con personalidad propia, única
en América. La fundación de ciudades españolas fue el inicio de la ocupación
del territorio andino. De acuerdo a al posición en el plano, se sabía la
condición de la persona. Las primeras edificaciones fueron el cabildo, la
catedral y casas alrededor de la plaza mayor. Dados los terremotos de 1687 y
1746, en Cusco, quedaron pocas muestras como casas, iglesias y patios de
aquella época.
Del siglo XVI destacan: la casa de Jerónimo de Aliaga, La
Merced, Iglesia de San Jerónimo y la Asunción. La mayoría de las iglesias de
fines del siglo XVI poseían planta gótica-isabelina con nave alargada y
separada.
Las portadas de las iglesias conservaron las formas clásicas
italianas. La portada lateral de la iglesia limeña de San Agustín es una de las
poquísimas portadas existentes de Francisco Morales que muestra en todo su
esplendor sus formas clásicas, propias del renacimiento tardío.
La iglesia fue la propulsora de una arquitectura monumental.
Conventos y monasterios fueron los edificios más grandes y bellos durante todo
el virreinato. Destacan por su tamaño: Santa Catalina, San Francisco el viejo,
La Merced, Santo domingo.
En el siglo XVII hubo un transito de la planta isabelina a
la cruz latina, no obstante, las catedrales de Lima y Cusco escapan de esta
clasificación. Las iglesias del siglo XVII destacaron también por la
construcción de portadas retablo y en sus fachadas. Construidas principalmente
en Piedra , tuvieron un papel simbólico y evangelizador, ya que anunciaba a los
transeúntes la importancia de la iglesia, su carácter monumental e invitaban a
su contemplación.
El virreinato peruano tuvo una diversidad de centros
arquitectónicos importantes. Las tradiciones y elementos regionales permitieron
el desarrollo de escuelas y de áreas de influencia. Cusco, Arequipa y Puno
fueron las difusoras de las principales técnicas constructivas locales.
En las ciudades, la vivienda colonial tuvo una fuerte
influencia peninsular, especialmente andaluza. Fueron casas de uno o dos pisos,
con un zaguán que permitía el ingreso. Usualmente, este zagúan permanecía
abierto todo el día pues a él llegaban los vendedores ambulantes o las visitas.
Las casas de dos pisos tuvieron un balcón cerrado por donde
se podía observar la calle. Éstos, le confirieron a Lima una personalidad propia,
ya que en ninguna ciudad americana existieron tantos balcones como en la
capital del virreinato peruano.